El Colegio de Enfermería de Albacete celebra la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de dos nuevas guías de prescripción enfermera enfocadas en la deshabituación tabáquica y el manejo de anestésicos locales. Estas incorporaciones elevan a nueve el número de guías aprobadas por la dirección general de Salud Pública y Equidad en Salud sumándose así a las de diabetes, hipertensión, heridas, quemaduras, ostomías, anticoagulación oral y fiebre.
Con estas guías, las enfermeras pueden indicar, usar o autorizar los fármacos de prescripción médicas recogidas en ellas, en el marco de los principios de la atención integral de salud y para la continuidad asistencial, después de haber sido acordadas con las organizaciones colegiales de médicos y enfermeros.
Tal y como se refleja en el BOE “los contenidos descritos en esta guía pretenden ser una ayuda a los/las profesionales para mejorar los resultados en salud de las personas que atienden, a través de una atención sanitaria integral, segura, colaborativa, de calidad, basada en la evidencia y centrada en la persona”.
Así, para su elaboración se ha tenido en cuenta la incidencia o prevalencia de las situaciones clínicas que abordan, la garantía de seguridad clínica en la aplicación de las guías y el valor añadido que pueda aportar un abordaje, precoz, equitativo y colaborativo de los síntomas y situaciones de salud a los que estas guías se refieren. Asimismo, se ha tenido en cuenta la existencia de guías o protocolos elaborados y desarrollados previamente por las CC. AA.
Deshabituación tabáquica
La guía de deshabituación tabáquica representa una herramienta clave en la lucha contra el tabaquismo, la principal causa de muerte evitable y el principal problema de salud pública en España, donde cada año el tabaco cobra la vida de aproximadamente de 50.000 personas, como consecuencia del consumo de tabaco, el 33,1% se debe a cáncer de pulmón siendo primera causa de muerte atribuible al tabaquismo.
Ahora, gracias a esta guía, será posible optimizar las competencias enfermeras y desarrollar con todas las garantías jurídicas, las labores que ya estaban desarrollando, entre ellas:
– Educar a la persona y/o al cuidador/a en el manejo del tratamiento farmacológico y de los cuidados asociados.
– Establecer estrategias para mejorar la adherencia terapéutica a la medicación a través del seguimiento y control del tratamiento y monitorización de los resultados en salud.
– Detectar e informar de efectos adversos relacionados con el tratamiento farmacológico.
– Realizar un seguimiento con el objetivo de prevenir la aparición de complicaciones asociadas al tratamiento y a la propia patología.
– Facilitar la accesibilidad para las actuaciones relacionadas con la medicación evitando o reduciendo citas innecesarias o demoras para el inicio, prórroga, modificación o interrupción de tratamientos.
– Reducir la variabilidad en la práctica clínica, adecuando y actualizando esta guía y los protocolos que se deriven de la misma en base a las últimas evidencias disponibles.
– Maximizar la eficiencia y efectividad de la atención sanitaria y los tratamientos que se derivan de la misma.
Además, en la guía se establecen las pautas de actuación con los fármacos recogidos en la guía (vareniclina y citisiniclina), en el seguimiento de los programas de deshabituación tabáquica, tanto para la prórroga de la prescripción, la modificación de la pauta e incluso la interrupción temporal del tratamiento.
Anestésicos locales
En el caso de procedimientos diagnósticos o terapéuticos que requieren del uso de anestésicos locales, con el objetivo terapéutico de eliminar el dolor en estos procedimientos y prevenir futuras complicaciones.
Las enfermeras habitualmente utilizan estos fármacos de prescripción médica, por ejemplo, en las curas de heridas complejas con desbridamiento, y cuyas competencias ahora se ven reforzadas gracias a esta guía, por la que podrán realizar con mayor seguridad:
– La valoración previa, donde se tendrán en cuenta las condiciones en las que el paciente se enfrenta al evento para prevenir riesgos, tras una adecuada anamnesis médica y/o enfermera.
– Control de todo lo referente al proceso: Instrumental, campo quirúrgico, preparación de la zona, medicación anestésica…
– Administración de anestesia local y realización de la intervención.
– Seguimiento y cuidado de la herida en cirugía o punto de inserción o acceso en otros procedimientos.
– Asesoramiento del paciente e intervenciones básicas, encaminadas a garantizar la independencia del paciente en la realización de autocuidados.
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